La promoción de la cicatrización de heridas es esencial.
La cicatrización de estas heridas dañadas es característica para todas estas úlceras. El tratamiento primario de la gangrena de origen diabético está encaminado a mejorar el control metabólico mediante el uso de un enfoque farmacológico y dietético. En los pacientes con úlceras de decúbito el suministro sanguíneo a las áreas afectadas tiene que ser restaurado por descompresión rigurosa.
La cicatrización de las heridas se puede dividir en tres fases subsecuentes. La primera es de autolimpieza asociada con la inmigración de granulocitos y macrófagos. Como la respuesta inmunológica local del cuerpo está completamente debilitada debido al metabolismo anormal de la piel, la estimulación del flujo sanguíneo y la desbridación apropiada de la herida son esenciales para permitir que se forme tejido de granulación saludable.
Ya en la primera mitad de este siglo se presentó evidencia científica que sugería que la luz tiene una influencia positiva en estos mecanismos.
La terapia con luz promueve la activación de las células sanguíneas, incluyendo los macrófagos, los cuales, por medio de la fagocitosis, remueven organismos patógenos y células necrosadas del tejido enfermo. Así, la terapia con luz estimula la respuesta inmunológica y por lo tanto, restaura la capacidad de autolimpieza como paso inicial hacia la cicatrización.
La luz polarizada estimula los macrófagos
Durante la segunda fase, llamada de granulación, la herida se llena continuamente con nuevas estructuras tisulares. Incluso en esta fase, la luz estimula los macrófagos que desempeñan un papel clave en la cicatrización de la herida. Su principal función es la de apoyar a los granulocitos en la eliminación de organismos infecciosos dañinos así como los desechos celulares, y la de liberar los factores de crecimiento, incluso el del fibroblasto básico, el epidérmico y el factor a de necrosis tumoral, que también promueve la cura de la herida al estimular el crecimiento celular de fibroblastos y las células epiteliales, así como la formación de nuevos vasos sanguíneos.
Cierre de la herida
Una vez que la herida se ha llenado con tejido nuevo, se cubre con piel (fase de epitelización). Las señales enviadas por el tejido de granulación originan que las células epiteliales acomoden los márgenes de la herida para cerrarla. Este proceso se lleva a cabo por división y migración celulares y requiere de una buena función metabólica. La migración celular comienza en el borde de la herida, pero como las células epiteliales no son capaces de migrar hacia abajo del cráter de la herida, ésta tiene que ser llenada adecuadamente con tejido de granulación limpio y saludable.
Flujo sanguíneo mejoradoExisten estudios científicos indicadores de que la luz polarizada tiene efecto antiinflamatorio y analgésico. Estimula la respuesta inmunológica, aumenta el drenaje linfático y mejora el flujo de la sangre, la formación de nuevos vasos sanguíneos y la función metabólica.
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