Lunares y Verrugas
Lunares y Verrugas:
La mayoría de los lunares son inofensivos, no presentan problemas de salud. Ellos son problemáticos principalmente desde un punto de vista estético por lo que muchas personas lo ven como poco atractivos.
Médicamente se conoce como nevus melanocíticos, los lunares son manchas o parches negros, marrones o de color carne en la piel que se forman debido a la acumulación de los melanocitos.
Los melanocitos son las células que producen el pigmento, la sustancia colorante también llamado melanina, y por lo general la propensión a tenerlos o no es genética y normalmente no suelen representar un problema hasta que comienzan a presentar determinadas características que los hacen irregulares, como la forma asimétrica, la presencia de varios colores en el mismo lunar, el aumento repentino de tamaño, comezón o dolor.
Tipos de Lunares:
Existen diferentes tipos de lunares y siempre que se retiran deben enviarse a estudio de patología, para indicar si se retiró en forma completa y si no hay malignidad o fue benigno. Una vez retirado se puede tratar con láser para tratar la mancha o cicatriz.
La crioterapia y los peelings químicos profundos se presentan como una alternativa para la remoción de lunares.
Crioterapia:
En criocirugía, o congelación de verrugas, se aplica nitrógeno líquido a una temperatura de -196° C. Muchas personas tienen la idea falsa de que la verruga se congela o quema inmediatamente. Esto no es verdad, la congelación separa lentamente la piel y se forma una ampolla alrededor de la verruga. El tejido muerto cae al cabo de una semana aproximadamente. La congelación puede causar una pequeña incomodidad, pero es uno de los tratamientos más eficaces que hay. No deja cicatriz y no hay peligro de que se extienda el virus de la verruga.
De hecho, tiene también un efecto añadido de debilitar el virus. La crioterapia se ha convertido, por lo tanto, en el tratamiento médico estándar para remover verrugas. Las verrugas más grandes pueden requerir varios tratamientos, con una duración de tres a cuatro semanas.
Si usted nota que el lunar está cambiando en forma o color, sin ningún tratamiento, es muy importante que lo revise un dermatólogo para descartar la posibilidad de que sea canceroso. No intente tratar lunares cancerosos por su cuenta.